La semana pasada, los mercados financieros volvieron a mostrar esa desconcertante mezcla entre optimismo e indiferencia. A pesar del anuncio de nuevos aranceles por parte de Donald Trump, los que incluyen un 30% a las importaciones desde Europa y México, a menos de que cedan antes del 1 de agosto, los principales índices en EE. UU. y Europa marcaron nuevos máximos históricos. Sin embargo, hacia el cierre del viernes, el tono cambió y los inversores decidieron tomar ganancias, reflejando una creciente incomodidad ante el escenario global.
Europa, una vez más sorprendida, parece haber subestimado el afán proteccionista de la administración de Trump. En esto, Reino Unido emerge como el gran ganador de esta pasada, tras negociar un arancel del 10%, Londres no solo evitó el golpe, sino que se posiciona para absorber parte de las exportaciones desviadas desde el continente. Según expertos, el arancel promedio sobre las importaciones estadounidenses ya supera el 16% y podría superar el 20% tras estas nuevas medidas.
Pese a la magnitud de los cambios, los mercados no han entrado en pánico. Parte de esta estabilidad se debe a la anticipación estratégica del mercado antes de que los aranceles entren en vigor, y otra parte a la expectativa de una nueva temporada de resultados que podría traer sorpresas positivas. Las proyecciones de crecimiento son débiles y los analistas han optado por ser conservadores, lo que deja espacio para que varias empresas superen las estimaciones. Esta semana debutan los grandes nombres: JPMorgan, Netflix, PepsiCo y GE Aerospace en EE. UU.
El panorama macro también entrega elementos para observar de cerca esta semana. El martes se publican dos cifras clave, el PIB del segundo trimestre en China y datos de inflación de junio en EE. UU. Ambos podrían redefinir las expectativas de política monetaria y el rumbo de los mercados. Mientras tanto, en Washington, Trump redobla la presión sobre Jerome Powell, intensificando sus criticas y sugerencias a los miembros de la FED en su esfuerzo por que se lleve a cabo un nuevo recorte de tasas.
Así, los mercados avanzan entre récords y amenazas. La aparente calma esconde tensiones latentes. Lo único claro es que el segundo semestre ya entró en calor. ¿El mercado está realmente inmune… o simplemente postergando su reacción?