En medio del mar de aranceles y la guerra comercial, con un ambiente marcado por tensiones persistentes y contradicciones económicas, los datos macroeconómicos vuelven a ser importantes. La semana pasada estuvo marcada por los datos de empleo de EE. UU., que siguen siendo un indicador clave. Para alivio del mercado, las cifras de mayo ayudaron a disipar los temores sobre una posible desaceleración, manteniendo la tasa de desempleo en un 4,2 %, reforzando la resiliencia del mercado americano.
No todo es color de rosa. A pesar de las alentadoras cifras de empleo publicadas el viernes pasado, para el mercado de bonos esto representa un motivo de inquietud, sumando incertidumbre al futuro de la política monetaria en EE. UU. Recordemos que un dato sólido de empleo reduce las probabilidades de que la FED realice recortes de tasas. Esto, junto con un rendimiento del Treasury a 10 años acercándose al 4,50 %, refleja una postura más prudente en el mercado de renta fija.
Mientras tanto, en Europa la situación es contraria: con la inflación nuevamente en el objetivo del 2 % y un nuevo recorte de tasas de 25 pb por parte del BCE la semana pasada, podría considerarse que el trabajo está hecho. Este octavo recorte por parte del Banco Central Europeo podría señalar el fin de un ciclo de relajación que comenzó hace un año.
Volviendo a América, nuevamente las gigantes tecnológicas son el motor del mercado. Desde principios de abril, el S&P 500 y el Nasdaq han experimentado recuperaciones impresionantes, avanzando un 24 % y un 30 % respectivamente. A pesar de que las "Siete Magníficas" han mostrado desempeños irregulares, el sector tecnológico vuelve a ser el principal impulsor de estas fuertes alzas.
Fiel a lo que ya es costumbre, el jueves pasado tuvo lugar la esperada llamada entre el presidente de EE. UU., Donald Trump, y el presidente chino, Xi Jinping, donde ambos líderes acordaron comenzar una nueva ronda de negociaciones, invitándose recíprocamente a sus respectivos países. Esta semana, delegaciones comerciales de EE. UU. y China se reunirán en Londres para continuar con los avances.
La semana entrante será clave para confirmar si el renovado optimismo del mercado se sostiene. Datos de inflación en EE. UU., futuro de la política monetaria por parte de la FED y tensiones geopolíticas volverán a acaparar la atención, con la esperanza de que las negociaciones comerciales avancen y despejen el horizonte rápidamente.