Terminó el quinto mes de este 2025, marcado por el avance de la guerra comercial y los intentos de negociación entre las principales potencias involucradas.
Uno de los hechos más destacados fue la mejora en las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido. Los países lograron un acuerdo provisional que redujo los aranceles sobre automóviles, acero y aluminio. Esta noticia trajo algo de alivio a los mercados globales, al reducir la incertidumbre sobre la economía mundial. Al mismo tiempo Estados Unidos y China acordaron una tregua comercial de 90 días, donde EE. UU. bajó los aranceles del 145% al 30%, mientras que China redujo los suyos del 125% al 10%. Este acuerdo fue bien recibido a nivel internacional.
Mientras el mundo gozaba de estos acuerdos, Europa no corrió con la misma suerte. Las negociaciones con el gobierno de Donald Trump no llegaron a buen puerto, y el presidente estadounidense amenazó con aplicar aranceles del 50%. Por ahora, decidió postergarlos hasta el 9 de julio.
A pesar de estos avances, la situación sigue siendo incierta. La semana pasada, el Tribunal de Comercio Internacional bloqueó los aranceles generalizados que Trump había impuesto a varios países, argumentando que excedían sus facultades legales. En respuesta, la Casa Blanca reinstauro las medidas poco después, comunicando que la presidencia tiene el poder suficiente para imponer sus medidas por distintas vías. Idas y vueltas que generan aún más volatilidad en los mercados.
Avanzan las políticas internas por parte de Trump en EE. UU. y la salud fiscal del país vuelve a ser centro de mesa. Esto tras la aprobación de una nueva ley que incluye recortes de impuestos, reducciones en programas de seguridad social y financiamiento en la lucha contra inmigración. Estas medidas, que formaban parte de sus promesas de campaña, han generado preocupación por el aumento del déficit fiscal y la deuda pública. Como resultado, los bonos del Tesoro estadounidense se vieron presionados y el dólar se debilitó frente a otras monedas.
Ante las crecientes dudas sobre la salud financiera del país, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, intentó calmar los ánimos asegurando que “Estados Unidos nunca entrará en default”. También afirmó que el déficit fiscal de 2025 será menor al de 2024 y seguirá bajando en los próximos años.
En cuanto a los mercados, mayo cerró con cifras muy positivas a pesar de la constante presión. El índice S&P 500 subió un 6,15%, su mejor desempeño mensual desde noviembre de 2023.
Esta semana, la atención estará puesta en Europa, donde el Banco Central Europeo (BCE) anunciará su decisión sobre las tasas de interés. Todo indica que podría reducirlas este jueves. Además, se esperan importantes resultados financieros de empresas como Broadcom, uno de los gigantes tecnológicos de EE. UU., que también presentará sus cifras el jueves. Finalmente, el viernes se publicarán los datos de empleo de mayo en Estados Unidos, un indicador clave para evaluar la salud de su economía y las futuras decisiones de la FED.